El imbécil socialista
03/05/2007   Lecturas: 8.142

Catilina

Es el que ayer unía en el Parlamento nacional sus fuerzas con los comunistas, con el fin de declarar ilegítimas las sentencias judiciales durante los años del régimen franquista.

A todo esto que el imbécil socialista estaba recién llegado de Cuba de legitimar la dictadura comunista de Fidel Castro. Para quien no lo sepa el líder -por pucherazo- de los comunistas españoles, Gaspar Llamazares, es un médico educado en el régimen castrista, con lo cual, los abrazos con los imbéciles socialistas estaban cantados.

Así que ya ven, el imbécil socialista, el socialista español, el imbécil de Europa por excelencia, es el único socialista de Europa que se larga a Cuba a legitimar lo que dice condenar en España ¡Cojan esa mosca por el rabo! El imbécil socialista es, en el fondo, el mismo socialista de inicios del siglo pasado: no ha cambiado nada, no ha aprendido nada, alguien al que se le llena el pecho de vanidad si alguien le llama el Lenin español, alguien totalmente ajeno a la democracia occidental, que se manifiesta a través de la violencia, verbal y física, en cuanto puede.

Como el imbécil socialista -al igual que el comunista, mucho más listo que él- no cree en la democracia, ni en el individuo, ni en el conjunto de los individuos, que es el pueblo de una nación, nos viene ahora con una Ley de la Memoria Histórica, observen el nombre. Porque uno pensará que la memoria de la Historia reside en el pueblo, en el inconsciente colectivo, que es patrimonio de todos, y que no se puede establecer mediante una ley igual que el Partido Comunista estableció ¡una historia oficial de la Guerra Civil española! Que ya hay que ser sectarios... Pero, para desgracia del imbécil socialista, los españoles guardamos perfecta memoria del período franquista porque una vivencia así no se olvida ni en lo bueno -que lo hubo- ni en lo malo, que también, y no necesitamos una ley socialcomunista que nos enseñe qué y cómo era aquello que vivimos, como pretende Chávez en Venezuela que todos los trabajadores estudien marxismo

Y es que el imbécil socialista está montando en España el teatrillo chavista, al extremo que no dudo de que acabaremos viendo a las juventudes socialistas disfrazadas de rojillos mamporreros como aquellos seguidores de Hugo Chávez. No en vano Zapatero se declaró en su día rojo; rojo leonés, claro; rojo de provincias; un rojo papes; rojo con Hush Puppies en los pies, eso si, que paga el papá que chupa de la teta franquista.

¡Qué disgusto se habrá llevado Cebrián viendo deslegitimado su mayor mérito, ser un relevante franquista, que le garantizó una vida posterior de lujo que otro joven español, sin más que un bachillerato, no hubiera soñado vivir. Y quien dice Cebrián, dice tantos y tantos otros imbéciles socialistas que verán ilegitimado aquello que ha constituido su mayor éxito en la vida: venir de la elite del franquismo. Mi padre -se dirán, por ejemplo- era magistrado ¡y cómo viví y vivo de todos los estragos que causó, de todas las sentencias inicuas que pronunció, de todo el daño que causó! Porque pocos de estos imbéciles estarían donde ahora están si no fuera porque su padre franquista estuvo donde estuvo. Negar al padre, al fin... Pero seguir en la poltrona, porque la poltrona es muy golosa. En la poltrona, el hijo del franquista viene a pagar 60 céntimos de euro por un café, a costa de que el trabajador le pague los 60 u 80 céntimos restantes ¿En estas condiciones, quién se baja del autobús?

¡Vaya tela! ¡Vaya época está viviendo España en manos del imbécil socialista! del socialista contento que defiende a capa y espada cualquier cosa con tal de no dejar la silla curul o... la alcaldía de Ermua, por poner un caso.

¿Por qué se empeñará tanto el imbécil socialista en deslegitimar el régimen franquista si es exacto -si no más leve- al que los socialcomunistas hubieran implantado si hubieran ganado la guerra? Si el régimen franquista fue un régimen antiliberal de marcado carácter dirigista, estatalista y planificado? Lo único que habría cambiado es que la Iglesia Católica hubiera pasado a la semiclandestinidad, y a los imbéciles socialcomunistas les hubieran ordenado en las logias masónicas lo que debían hacer. Otra cosa es que lo hicieran, o que hicieran algo, porque su ineptitud e incompetencia en España no se nos escapa. Ineptos y demagogos sin solución.

Ahora, los nazionalistas, que tienen cogido a los ineptos socialistas por el gaznate, les exigirán que anulen la condena de Companys, o de Dencás, o de... qué más da, en la memoria del pueblo ya están en su sitio -o no tienen siquiera sitio para esos sujetos. Así que ellos que saquen leyes, que luego cualquier Pío Moa editará un libro en el que aprenderemos quiénes fueron de verdad los padres de todos éstos, y, lejos de escandalizarnos, comprenderemos que es la vida que les tocó vivir y, en su caso, les perdonaremos por que ya son historia del pueblo. Aunque el caso de sus hijos, ya es otra cosa.