El País, a por los madrileños
21/07/2005   Lecturas: 10.396

Catilina

Hace poco más de una década el gobierno socialista de Felipe González, un político muy por encima siempre de su partido, abandonando la demagogia y escuchando fundamentalmente las sensatas razones de los catalanes de Convergencia y Unión, decidió eliminar el impuesto sobre sucesiones para las empresas, en la creencia demostrada de que muchas de las pequeñas y medianas quedan abocadas a su desaparición tras el fallecimiento de su fundador o principal dueño. Con su desaparición, desaparecen además de los puestos de trabajo, los conocimientos adquiridos y las técnicas, pericias y tecnologías acumuladas.

En una comunidad autónoma como la catalana o la de Madrid, los ingresos obtenidos por la Administración por esa vía no llegan ni al 1% de la totalidad; sin embargo, el daño inferido a las empresas y a las familias con estos gravámenes es de notable envergadura. La decisión de González, con el tiempo, se ha demostrado enormemente acertada.

Ahora, en la misma línea, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se plantea la ocasión de eliminar el impuesto sobre donaciones a favor de familiares inmediatos, posiblemente como antecedente -la puerta falsa, lo llama El País- de la supresión también del impuesto de sucesiones.

Alguno de estos impuestos no hay más de cinco países en el planeta que los aplique, por más que en Francia aún se paga más que en España, nos aclara de nuevo El País. Aún no entendemos por qué, toda vez que Francia es un país esencialmente distinto al nuestro. A la postre, los ingresos totales por estos impuestos arrojan cantidades que escasamente justifican el aparato administrativo que conlleva su gestión.

El fin de Esperanza Aguirre -que nos parece muy loable- es que no exista una discriminación entre empresas y particulares. No debemos ignorar que en España la vía para eludir el rigor impositivo ha sido, para las mayores fortunas, la constitución de complejos societarios, para los cuales, los impuestos de todo orden son siempre mucho menores que para el ciudadano de a pie. Al cabo, el modelo impositivo tan defendido por los socialistas, ha sido un modelo para estrujar a las clases medias, porque los polancos nacionales, muy bien asesorados fiscalmente, hace mucho tiempo que se zafaron de los altos tipos impositivos, si es que alguna vez los sufrieron ¿Recuerdan aquellas épocas en que el Estado socialista devolvía dinero a Mario Conde? Pues eso mismo.

Es cierto que el impuesto sobre donaciones no existe en la mayor parte de los países europeos... también que muchos expertos recomiendan reajustar sus tipos actuales. -nos aclara El País, aunque no aclara que otros expertos, todos los del planeta excepto algunos en cinco países, recomiendan eliminarlo-

Y sigue más adelante: Pero... eliminarlo, aunque sólo sea para familiares directos, es la puerta falsa que elimina el impuesto de sucesiones. Es que de eso se trata.

Aún así, el editorialista no está satisfecho: En una sociedad fiscalmente equilibrada, debe mantenerse el mensaje de que las herencias también tributan. ¿Por qué? ¿En que Tabla de la Ley Fiscal lo dice, cuando se sabe que es un tributo de tercer orden, absolutamente improcedente en la fiscalidad moderna? Y además ¿Qué cojones –permítanme la expresión- es una sociedad fiscalmente equilibrada? ¿Quién la equilibra? ¿El País a golpe de editorial?

La miseria moral en la que se encuentra El País, viene de años y alcanza ya cotas abisales, aunque profundice en ella, cada día, con contumacia digna de mejor causa. En esta ocasión, para socavar a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, actual objetivo de las maniobras de la ultraizquierda zetapista, quiere convencernos de lo malo que es para los españoles aquello que tanto beneficia a su dueño, ¡Jesús! Polanco: Pagar menos impuestos.