El bloqueo
21/10/2005   Lecturas: 10.013

Catilina

Es el término con que desde hace décadas –desde que tengo uso de razón- la izquierda y la ultraizquierda españolas vienen definiendo la prohibición norteamericana a sus empresas de comerciar con Cuba desde septiembre de 1959, época en que Castro puso la isla en manos de Nikita Jruschev -presidente de la URSS en sustitución de Stalin- para que montara en ella un sistema de misiles de largo alcance que amenazara la seguridad americana.

Por su parte, los más moderados siempre han preferido la palabra embargo. En última instancia, el bloqueo económico tendría el embargo como uno de sus medios, de manera que la diferencia de términos si de algo sirve es para distinguir, al menos en España, la intención del que los emplea: que alguien habla de bloqueo, al aparato la ultraizquierda tercermundista española. Porque lo cierto es que debemos reconocer que una nación tiene el derecho y la libertad de comerciar o no con quien le venga en gana. Si Estados Unidos se niega a mantener relaciones comerciales con el régimen totalitario comunista de Fidel Castro, está en su perfecto derecho y tiene razones legítimas desde la crisis de los misiles. Para colmo, luego uno se entera de que, realmente, el comercio entre Estados Unidos y Cuba existe y en mucha mayor cuantía que con otros países del entorno.

En la última Cumbre Iberoamericana, celebrada en España en la ciudad de Salamanca, quien más ha destacado ha sido el dictador caribeño Fidel Castro, para lo cual no le ha sido necesario ni coger el avión, lo que da buena idea del nivel de los reunidos. Su gran conquista final ha consistido en recoger una unánime y tercermundista condena al bloqueo (ya saben, extrema izquierda al aparato). Condena que, sin duda, ha dejado sin sueño a millones de norteamericanos durante todas estas noches –noches de la razón, se entiende- Este puede ser uno de los grandes logros de la legislatura de nuestro presidente ZaPatares. ¡Qué emoción destilaba De la Vega anunciando que era casi segura la presencia del dictador comunista en España! Y estuvo, estuvo. Ya lo creo que estuvo.

Ha estado en forma de fantasma de la libertad liquidada; de Ley de Prensa socialcomunista que la ultraizquierda africana española quiere imponernos a estas alturas, supongo que inspirándose en la de la isla; de padre de Kojo Annan metiendo la mano en los jayeles de la ONU; de manifestaciones de terroristas de Herri Batasuna al alimón con los militantes del Partido Comunista de España que, hartos del disfraz de Izquierda Unida, encuentran de verdad su sitio; en forma de reunión de sátrapas que no han condenado la falta de libertad en Cuba porque el concepto de libertad que tienen es el mismo que el de Castro. Ni una alusión al verdadero cáncer de Iberoamérica: la corrupción ¿Para qué? ¿Alguno de los reunidos desea realmente que deje de existir? No lo creo. Más bien al contrario. Cuanta más corrupción, más hambre y más ignorancia en los pueblos, más facilidad para manejar sus voluntades con dádivas paternalistas. Y en medio de todo este tinglado, Chávez –con votos o con botas- cada vez más parecido al macaco de La Legión; y ZP cada vez más parecido a sí mismo, porque como personaje histórico es irreproducible. Puro cómic.

Bush aún debe estar temblando, pero como temblaba Aznar: en la duda de cual sea el momento propicio para coger sus inversiones y salir huyendo de un continente que amenaza ruina total y cuya irremediable deriva al tercermundismo y la pobreza descansa en manos de todos estos cuates.

En ese continente no invierte nadie sensato. Únicamente podrá hacer negocio quien vaya de mano de ZP cuando cambie la deuda que el continente tiene con todos los españoles por la cultura que solamente tiene Polanco. Una más del PSOE.